POLÍTICA DE RENTAS

Los economistas piden recortar las ayudas y subsidios para que no superen los salarios y crear empleo

Los economistas piden las ayudas para que no superen los salarios y crear empleo

El paro sube en 25.000 personas y recupera los 2,7 millones de desempleados tras cinco meses de descensos

Yolanda Díaz contradice la estadística de su propio Gobierno que demuestra la destrucción de empleo del sector agrario desde enero de 2020.

Los economistas piden al Gobierno que recorte las ayudas y subsidios que concede a fin de que no superen los salarios que se perciben en el mercado laboral legal -excluyendo por descontado la economía sumergida, fuera de control-, y así crear empleo. En opinión de Vicente Salas, ex consejero del Banco de España, «el objetivo debe ser aumentar la población en edad de trabajar ocupada en la economía de mercado».

Para ello sería imprescindible, en su opinión, rediseñar las ayudas y rentas mínimas de manera que los beneficiarios no ingresen menos trabajando legalmente que sin trabajar. Esta estrategia debería combinarse con políticas dirigidas a la empleabilidad de las personas en un contexto de cambio tecnológico en el que será importante la capacidad para aprender y reconvertirse laboralmente, así como combinar formación generalista con formación específica en la empresa (formación permanente), que está entre las más bajas de los países de la UE.

Esta es la conclusión más importante de la reunión celebrada por el Colegio General de Economistas de España, que preside Valentí Puig, en la que se abordaron los problemas más acuciantes de la economía española con la presencia de Vicente Salas -también catedrático de Organización de Empresas y premio Rey Jaime I de economía-, y de Matilde Mas, directora de Proyectos Internacionales del IVIE -Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas- y vocal del Consejo Asesor de Asuntos Económicos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

La tasa de paro en España es la más alta de la eurozona, rozando el 12%, al tiempo que registra una intensa demanda de puestos de trabajo por cubrir a pesar de haber recibido a miles de inmigrantes durante los últimos años. Según las distintas organizaciones empresariales, una de las causas de las dificultades para encontrar mano de obra es la magnitud de las ayudas que concede el Gobierno no sólo por desempleo, cuya prestación es una de las más elevadas y duraderas de la Unión, sino también por el ingreso mínimo vital. Al final, la suma de los apoyos desincentiva la entrada en el mercado laboral legal porque el salario que se percibe no compensa.

Economistas contracción
Valentí Pich, presidente del Colegio General de Economistas

Para Matilde Mas, «son muchas las acciones que deberían ponerse en marcha para resolver el problema del paro, el más grave de la economía española». A su juicio, una de las más importantes, opinión con la que coincidió Valentí Puig, es crear las condiciones para un mercado laboral único que contribuya a reducir la disparidad de participación y de paro entre las diferentes autonomías.

A estos efectos, sería esencial mejorar las políticas activas de empleo y los sistemas públicos de colocación, «unificando las ofertas del SEPE nacional y de los Servicios de Empleo Autonómicos, así como potenciando el uso de las tecnologías de la información», aseguró Mas. «Luchar contra la economía sumergida y el dinero negro sería igualmente fundamental, lo mismo que favorecer la movilidad territorial e impulsar la formación y la recualificación profesional teniendo en cuenta las necesidades del tejido productivo».

La productividad

Para Vicente Salas, «el avance hacia la convergencia real con los países del centro y norte de Europa requiere más personas trabajando a la vez que aumentar la productividad media de los que trabajan. Para aumentar la productividad hace falta elevar el capital tangible e intangible, público y privado, es decir hace falta más inversión. La productividad se determina en los centros productivos, y tiene que ver no con la cantidad sino con la calidad de los recursos tangibles (máquinas) e intangibles (conocimiento, capacidad organizativa y de gestión)».

A su juicio, para aumentar la productividad de la economía hay que hacer más productivas las empresas y organizaciones dentro y fuera del mercado. El mercado debe ofrecer acceso a recursos generales de calidad (formación, competencias de los trabajadores), pero las empresas deben convertir esos recursos generales en específicos, haciéndolas así más competitivas.

Los economistas también destacan el encarecimiento financiero que están padeciendo las empresas como consecuencia de las subidas reiteradas de los tipos de interés. Según Vicente Salas, «la inversión es el motor del crecimiento, y en la economía de mercado el motor de la inversión privada es la rentabilidad del capital en relación al coste financiero. El grave problema es que, «para el conjunto de las sociedades no financieras, la rentabilidad después de impuestos del capital productivo en España ha descendido notablemente, que, a pesar de la recuperación de los márgenes, todavía no alcanza los niveles prepandemia».

Al mismo tiempo el coste medio de los préstamos bancarios nuevos a las empresas ha pasado del 2%, antes de la pandemia, al 4,5% actualmente. Aunque la inversión en activos intangibles -los que más crecen en las economías avanzadas- no se financia en general con deuda bancaria, el coste de esta última indica la evolución del coste de oportunidad para cualquier forma de financiación (fondos propios). Esto exige que las políticas de rentas deben hacer compatible el mantenimiento del poder adquisitivo con la conservación de los incentivos para invertir (la relación entre la rentabilidad y el coste financiero).

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